Heliasta

Podrá el lector desprevenido creer innecesario un prólogo a una obra de quien, como el doctor MANUEL OSSORIO Y FLORIT no precisa presentación bibliográfica, por ser su personalidad bien conocida en Iberoamérica, a través de una labor ininterrumpida de escritor que comprende la mayor y la más importante parte de su vida. Sin embargo, ha creído el editor convenientes, y hasta necesa- rias, estas líneas preliminares para poner frente al espectador la personalidad de quien oculta modemamente sus facetas más destacadas en el anonimato, o se es- conde en las sombras, dejando que muchos, desde el proscenio, reciban los apla sos que a él le pertenecen, por ser suyo el libreto que otros declaman como pro- pia, facetas que, dentro del somero desarrollo que la tiranía del espacio y del tiempo impone, deberán no sólo acusarse en sus aspectos menos brillantes, pero los de más calor humano, mas aquilatando la esencia del hombre, y una sensibi- lidad más sutil del espíritu y su valor, como homenaje que se debe a quien, como MANUEL OSSORIO, ha creado la más monumental obea que en el campo del derecho se ha impreso hasta ahora en Iberoamérica. Me refiero a la Enciclopedia Ju ridica Omeba, de la que ha sido artifice, en perseverante acción personal y con proyecciones pocas veces alcanzadas por obras de su género en nuestra lengua para dar a luz tarea tan trascendental se requiere el ensamble de una doble personalidad si asi puede decirse en un solo individus.